jueves, 25 de diciembre de 2008


PERSONAJES MALAGUEÑOS
De los innumerables tipos típicos que Málaga ha alumbrado en las décadas de los cuarenta a los sesentas del pasado siglo, uno de los más nombrados por los papeles de la época era sin duda alguna el famoso Matías.
Matías, era un popular personaje internando en el Psiquiátrico del Hospital Civil, totalmente pacífico, y dotado de una gran oratoria.
Era bajo, cetrino, y se adornaba con un gran mostacho cano, que de vez en cuando atusaba con elegancia. Su indumentaria eran trajes de regular factura, pero invariablemente blanco o negro y tocado siempre con un sombrero de ala ancha. Completaba su indumentaria con una flor en la solapa, creo que clavel, pero de cuyo color no conservo el menor recuerdo.
Histriónico, de ademanes ampulosos y dotado de un singular ingenio, este personaje se solía pasear en un coche de caballos desde el que de pié, se dirigía a las gentes que se arremolinaba a su alrededor, soltándoles largas parrafadas; a veces de una nitidez extraordinaria, otras jocosas y algunas inconexas y carentes de sentido.
Comenzaba sus charlas con un sonoro: ¡Y dice Matías¡ seguido de un fuerte zapatazo dado sobre el suelo del coche de caballos, al cual a veces las gentes coreaba con un ¡olé¡
Decían de él, que era de familia acaudalada, lo que podía explicar el dispendio del medio de transporte.
El siguiente poema, ilustra de alguna manera la forma de ser y ocurrencias del mencionado Matías,
I
¡Y dice Matías¡…(dando un zapatazo)
Con las tonterías que dicen hoy día
los que no están locos
puede que se llenen cinco mil capazos.
¿Os parecen pocos?.
¡Y dice Matías¡…(otro zapatazo
mirando insolente a la balconada)
Niña… ¿tiés un alfiler?
échalo a mis pies, pinchao en un bollo
pa que no se pierda ni oxide,
que es mala la herrumbre.
Y a la muchedumbre
que poquito apoco se va congregando
junto al coche caballo
desde el que Matías ,de pié, va largando
su palabrería,
le pregunta con zalamería:
¿Alguno de Vds. me pude decir,
que ha pasado aquí esta madrugada…
entre tres y cuatro para ser exacto?
¡quién lo sepa, lo diga ipso facto¡
Por supuesto que nadie contesta
temiendo ser blanco de una cuchufleta.
Y Matías escruta a las gentes
con mirada inquieta,
temeroso de que alguien conteste.
Tras la tensa espera
les espeta con voz altanera:
Señores señoras ¿pues qué va a pasar?
pues paso…!!Una hora¡¡
II
Entonces, Matías, se sienta,
se atusa el mostacho
y al cochero le dice ¡Muchacho¡
dile al caballito que sea diligente
y me lleve al Civil, que soy residente,
es decir duermo y como allí;
y hoy es la pitanza bastante apañá
porque toca puchero y pringá.
Y por la carrera, dile tú al caballo
que es el que nos lleva,
que no se preocupe
que para ello ,tengo quién se ocupe,
y si se le olvida, tú se lo recuerdas
y que él me lo pida, ¡ pero sin fatiga¡.
III
Cuando el coche se aleja,
y la gente, se va dispersando
muy poquito a poco
me quedé pensando:
(creo que fue así como lo recuerdo)
: Dios mío, si así son los locos,
¿cómo son los cuerdos?
Málaga 2/12/08 Andrés Fernández

1 comentario:

andres dijo...

Ingenioso,elpoema me recuerda en forma y rima al del Piyayo.
Recuerdo a matias tal como lo describes.
¿Sabes lo que fué de él y como murió?