En Málaga hay un pueblecito
encaramado en una suave loma que se llama Carratraca.
En la parte alta del pueblo,
hay una casa de comidas ( a mi me gusta llamarla así) en donde comes como en tu
misma casa. Solían poner un par de platos de primero, y otro par de segundos,
de los cuales podías reengancharte, como en la mili y sabrosos de verdad.
Que yo sepa, no tiene ninguna
estrella Michelín, ni falta que le hace.
Alli, no te van a servir platos
de diseños ni menú exóticos pero vas a poder comer por un módico precio unas
lentejas o callos o potaje de habichuelas
o berzas de coles o patatas con carne y de
segundo magro con tomate,o pescaíto frito, o filetes con patatas o huevos con
chorizo y patatas etc etc mas el postre y la bebida,
Desgraciadamente por
circunstancias que no vienen al caso, hace tiempo que no voy, pero raro es el
malagueño que no haya comido allí, y haya sentido lo mismo que yo.es decir
sentirte como en tu casa
Por ello, le dediqué este
poema
A CASA PEPA
Sepa Vd que en esta casa
que es la suya, se le ofrece
para que coma con creces
porque aquí, nadie hambre
pasa.
Y no se lo tome a guasa
pués no hay nadie que no sepa
que ” pa” comer lo que quepa
que es lo mismo que “pa´
hartarse”
hay que venir y llegarse
hasta aquí, a casa Pepa.
Comerá,” pa” que lo sepa,
comida sana, casera,
de pueblo, sin pretenciones,
salida de los fogones
de una sabia cocinera,
que sin máster ni carrera
ni ser chef de hostelería,
dá de comer cada día
bueno barato y caliente
a un montón de buenas gentes.
Lo demás… ¡¡ bisutería
de la calle Compañía ¡¡
A fdezFebrero 2009