miércoles, 25 de mayo de 2011

SANTIAGO SANCHEZ TRAVER (Periodista)
El Cojo de Málaga. Héroe o
villano de las Corte de Cádiz


Si existe un personaje controvertido en esta historia de las Cortes de la Isla de León de la que ahora celebramos dos siglos, ése es Pablo López `El Cojo de Málaga', que cobró especial protagonismo en las primeras sesiones parlamentarias, en octubre de 1810. Y, en especial, en el debate sobre el Decreto de Libertad de Imprenta, que se aprobó por esos días, siendo la primera ley de libertad de prensa que se aprobaba en el mundo conocido.
Por entonces sólo había en Cádiz, aparte de la `Gazeta del Gobierno', que llegó huyendo de Madrid y Sevilla, dos periódicos, `El Conciso' y el `Diario Mercantil, y después del Decreto hubo hasta 74. Y, según esas crónicas, en las discusiones sobre el Decreto, El Cojo de Málaga y su pandilla jaleaban al `Divino' Agustín de Argüelles, el parlamentario asturiano que promovió la ley de prensa, y abucheaban a los diputados serviles que se oponían a ella, desde los palcos altos del Teatro Cómico de San Fernando, donde se había instalado esta improvisada claque parlamentaria. Esta presión popular, y el voto de los diputados americanos -que querían más libertad para sus escritos, para presionar a la metrópoli en beneficio de la independencia de sus países hicieron que el resultado fuera de 68 a 32 votos a favor del artículo primero, que exigió votación nominal, y que fue la diferencia con que se aprobó el Decreto completo.
Parece real que El Cojo de Málaga y su pandilla, que no la turbamulta como cuentan algunas historias, festejó en la calle aquel primer símbolo de libertad. Y los periódicos más serviles que se editaron después, como el `Diario de la Tarde' o el `Semanario Patriótico', le apuntaron a ellos todas las broncas -por supuesto, pagadas por los liberales- que se formaron en las Cortes los tres años siguientes. Y algunas coplillas como aquella
«Cojo de Málaga/al cojo infame, estafeta/del gremio republicano/que, pagado, cual villano/hizo veces de trompeta».
Hasta el punto de que le adjudican la gran bronca del 22 de enero de 1813 en el debate sobre la abolición de la Inquisición, para acallar a los frailes que había en la tribuna, en este caso del Oratorio San Felipe Neri, ya en Cádiz. Pero en esta sede parlamentaria no había palcos suficientes para el público ni para `claques', aunque sí es cierto que se formó un importante escándalo con este motivo. Y los historiadores que apuntan al Cojo, puede que yerren pues éste se escapó del asedio de Cádiz -según sus propias memorias publicadas en 1814 en un Manifiesto- en junio de 1811, refugiándose, según parece, en Gibraltar.
El propio Benito Pérez Galdós, en su capítulo de `Cádiz' de los `Episodios Nacionales', lo sitúa como promotor de esa bronca en San Felipe Neri, pero se equivoca en el apellido, pues lo nombra como Pablo Rodríguez, `Cojo malagueño'. Y, como otros, lo mitifica y sitúa en el centro de todos los tumultos que se formaron en tan tumultuosas Cortes.
Y ¿quién es El Cojo de Málaga, este legendario personaje que sí existió en realidad, aunque lo superara su leyenda? Lo primero que hay que decir es que no hay que confundirlo con ese excelente cantaor malagueño de principios de siglo XX, Joaquín Vargas Soto, ni con otro Cojo de Málaga, Antonio Martín, guerrillero de las milicias pirenaicas, que ni era Cojo ni era de Málaga, sino de Cáceres. Pablo López, nuestro hombre, nació en Coín -aunque historiadores ilustres lo llaman Caín- en el último tercio del siglo XVIII, y era un reputado sastre, que llegó a ser alcalde del gremio de sastres de Málaga.
Evidentemente, era cojo y no está tan claro que tuviera una pata de palo, que algunos aviesos cronistas decían que hacía sonar en el suelo de las Cortes. Cuando los franceses invaden España, y no lo dejan alistarse por su defecto físico, consigue hacerlo en el batallón Urbano de Tiradores de Málaga y se ofrece a la junta Nacional de Sevilla para hacer gratis la ropa para la tropa. Cuando los franceses entran en Málaga, logra huir en una barca, pero, como no llevaba dinero, el patrón de la misma lo entrega a las tropas del general Sebastini. Logra fugarse de sus captores y llega, finalmente, a Cádiz.
Ya queda dicho que se escapa del asedio gaditano en junio de 1811, por lo que todo lo demás que de él cuentan, incluso reputados historiadores, es pura leyenda. Según todos los indicios debió refugiarse en Gibraltar, su lugar seguro. Y reaparece en Madrid, como El Cojo Malagueño de la Puerta del Sol, cuando vuelven las Cortes a la capital reconquistada, a primeros de 1814.
Sus detractores, los diputados conservadores o serviles, vuelven a decir que él y su pandilla estaban pagados por los liberales y, en especial, por el Conde de Toreno, diputado radical. Y que maquinaban sus estrategias y sus broncas en La Fontana de Oro, renombrado café madrileño de la época, en la misma Carrera de los Jerónimos. Lo que sí parece cierto es que montó su propia banda musical y daba serenatas de bochorno ante las casas de los
diputados serviles y de elogio en las de los diputados liberales.
Pero el pobre Cojo de Málaga, previendo la que se venía con la reinstauración monárquica del Deseado, hizo testamento literario, en forma de opúsculo, editado en 1814 en la imprenta madrileña de la viuda de Vallín, bajo el curioso título de `Manifiesto de la conducta y servicios hechos a la Patria en el tiempo de la gloriosa Revolución, por Pablo López, el conocido por El Cojo Malagueño de la Puerta del Sol'. En él, desmiente las versiones de los realistas
de que era un vago, maleante y pagado por los liberales, diciendo que siempre ha sido un trabajador de su oficio y liberal de bien, que sólo se movió por sus ideas.
Pero también parece contrastado, y contado por Mark Lawrence, que en una sesión especialmente virulenta de las Cortes ya madríleñas, gritó «matarlo, matarlo, ¿no hay un puñal? » en referencia aun diputado realista. Eso le valió una condena a diez años de presidio en Ceuta, en 1815, que el propio Fernando VII elevó a pena capital, en un escrito de su puño y letra que se conservaba en Oxford. Prácticamente, cuando iba camino de la horca lo salvó un indulto real, concedido por las presiones del encargado de negocios británico, mister Vaughan, que presionó con la retirada de la embajada.
El Cojo dio las gracias al rey y fue llevado a la Carraca a cumplir su pena. Y tras el levantamiento de Riego, las Cortes proponen, e114 de septiembre de 1820, concederle una casa en Málaga, de entre setenta y ochenta mil reales, con la inscripción `Recompensa por la patria' y fincas que le rentasen ocho mil reales. La negativa del secretario de Hacienda hace que la propuesta final se quede en ochenta reales de pensión, extensiva a su mujer e hijos.
Entre persona real y personaje de leyenda, entre villano o héroe, no sabe uno a qué carta quedarse. Leyendo a todos los que hacen alguna referencia de sus hechos y su vida -Ramón Solís, Comenge, Pérez Galdós, Lawrence, Lloréns, Castro, Lafuente, Blasco Ibáñez, Gómez Imaz o Gómez Aparicio- no saca uno más que confusión y medias verdades. El que aporta más documentación, y por tanto más verdad, a la historia es el marqués de Villa-Urrutia, Wenceslao Ramírez.
Por eso lo mejor es quedarse con lo cierto. Pablo López era sastre, cojo y de Málaga. Y radical, más que liberal, hasta las cachas, hasta jugarse la vida. Y, a pesar de la prensa que le hicieron los realistas de interesado y pagado, absolutamente idealista y desprendido, si hacemos caso a su ofrecimiento de trabajo de sastre gratuito. Y si estuvo en algunas broncas, en otras no. Pero en el debate del primer Decreto de Libertad de Prensa del mundo sí que participó con la fuerza de su voz y de su empeño por las libertades. Y eso se lo debemos.

 

viernes, 20 de mayo de 2011


CON EL MOVIMIENTO 15-M



Hay quien dice que son antisistemas;

quintacolumna pseudoprogresista

dice de ellos la Aguirre, siempre lista

en eso de soflamas y anatemas.

Al PSOE le rompen los esquemas

tanto universitario inconformista

que sin líder visible ,a simple vista,

expongan y razonen sus problemas.

No quieren como antaño la utopía.

Hacen propuestas, buscan soluciones.

No les mueve el poder ni la anarquía.

Se rebelan pues tienen sus razones,

y con ellos, en plena sintonía

estamos los carentes de ilusiones.




martes, 10 de mayo de 2011

CAMPAÑA ELECTORAL


 


 

Estoy que me rebosa la alegría

me embarga la esperanza y la ilusión

veo a España en otra dimensión

por una indiscutible mejoría.

El pleno empleo no es una utopía.

La eficacia prima en Educación,

y en Sanidad para una intervención

ya no habrá que esperar más de diez días.

Se comerá su pan el que lo suda.

No habrá subsidios para los vivales.

Y seremos felices como Buda,

porque al fin acabaron nuestros males…

¿ Qué dice Vd,? ¿ que me lo pone en duda?

!! Pues propaganda son electorales¡¡

domingo, 8 de mayo de 2011


Para un zirguero que canta
con trinos de buen hacer.

 
Natural de Campanillas:
de la Cuesta del Cerrado,
vino al mundo enamorado
de los versos y coplillas.
Desde su rincón Zirguero
al cielo sus trinos lanza.
Porta en su cara bonanza
y su porte sandunguero
está presente y se nota
en la Málaga que canta.
Es del verso su garganta
manantial que no se agota.
Suele una gorra llevar,
y en su pechera destaca
un ramito de albahaca
que no deja marchitar.
Hombre cabal y erudito
afable conversador
para el pueblo versador.
Siempre manteniendo el tipo,
y aunque le embargue la pena ,
su sonrisa no abandona:
¡ Así es de güena persona
Antonio Beltrán Lucena ¡

 

Andres Fernández Mayo 2011