lunes, 10 de diciembre de 2012



YO SOY UN CONEJO
Hay quien dice que nuestra policía ni es tan  profesional, ni tiene los índices de aciertos ni el grado de persuasión que debe de tener un cuerpo dedicado a la erradicación del delito, que ostentan otras policias del mundo..
Yo, quiero desmentir rotundamente tal aseveración y añado que nuestra policía , ya sea la Nacional, Guardia Civil o Local, además de  ser tan profesional y eficaz como la que más, tiene un poder de persuasión inigualable, tal como lo demuestra el siguiente concurso :
Se convocó un concurso de eficacia entre las distintas policías del mundo. En tandas de tres, iban efectuando diversas pruebas En una de las tandas, quedaron encuadradas el FBI, Scotland Yard y La Guardia Civil española.
La Organización del concurso, suelta a un conejo , y la prueba consiste en quien lo encuentre primero, es el ganador .Para hacer más difícil la prueba, esta se hace en el corazón de África.
Una vez suelto el conejo, sale es su busca el FBI, y lo trae cogido por las orejas en 18 minutos.
Sconlar Yard, tarda en la misma prueba 40 minutos.
La Guardia Civil, pasadas las tres horas sin hacer acto de presencia, hace que la organización salga en su busca.
En un claro del bosque encuentran a un elefante con las orejas gachas diciéndole a los Civiles:
-Yo soy un conejo; por mi madre que soy un conejo.
Esto es persuasión , lo demás paparruchas.



ECHAR UN POLVO
 
Dicen que no es bueno acostarse sin saber algo nuevo, así que voy a aportar mi granito de "sabiduría" con un poco de cultura popular.

Te aclaro el origen de la frase "echar un polvo".

Data de los felices años 20,

 unos años mágicos. España no se había metido en la guerra mundial y tuvo una
 postguerra muy feliz.
Los españoles conocieron el hedonismo, la buena vida y por consecuencia se

 incrementó el vicio del tabaco inhalado (el celebre rapé). Todos los hombres que se preciaban de elegantes llevaban en su bolsillo un bonito recipiente, en forma de caja, donde había polvo de tabaco (rapé), que se intercambiaba como signo de cortesía ¿quieres echar un polvo?. Pero como era de mala educación inhalar ante señoras, los hombres cuando sentían el síndrome de abstinencia salían del salón, con la excusa de echar un polvo.

Pero muchas veces la ausencia del salón, no era exactamente para inhalar rapé sino para tener un encuentro con alguna damisela en las habitaciones altas que tenían todas las casas de "buena familia" y se ausentaba diciendo: "Voy a echar un polvo", y se perdía por las habitaciones, donde se encontraba con su amante para un encuentro sexual.....

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