sábado, 14 de noviembre de 2009

RESEÑA 1º RUTA DOMESTICA
Terraza lavadero-Terraza salón
Longitud……70 mt. aprox.
Desnivel…….movilidad en 2 terrazos del corredor y otros 2 del salón
Dificultad… La que yo llevo encima.

Con un espléndido sol otoñal que se filtra a través de los floreados visillos de la ventana, cual desvalido bajel escorado a estribor, inicio la andadura de esta primera etapa doméstica, una vez comprobado el correcto funcionamiento de las ruedas y forrados los topes antideslizantes del taca-taca (andador) para evitar ralladuras en el encerado del piso.
Los primeros pasos, son como finísimas puñaladas desde la rodilla al glúteo, pero que van menguando conforme avanzo por el corredor, hasta convertirse en una tenue molestia. Superado los cuartos de aseos, llego al hito nº 1 ubicado en el cuarto de Andrés , mi hijo, en el que una traicionera zapatilla , estratégicamente camuflada está a punto de dar al traste con mi incipiente marcha; superado el trance, continuo imperturbable hacia el hito nº2, previo paso por la salita; en ésta, mi espíritu decae y pienso si no sería conveniente prolongar sine die la convalecencia al recordar el taxativo ultimatum de Maruja:
-En cuanto estés bien, arreglamos la salita.
Conturbado por los 1500 euros de la broma, si no más, prosigo hasta el hito nº 2, situado en el cuarto de mi hija Montse. Me impide el paso a éste ,la inevitable barrera arquitectónica formada por las esquinas del ropero y la puerta; no obstante desde el dintel de la misma puedo observar una completa panorámica que me hace pensar que no le vendría mal una manilla de pintura, así como la sustitución del mueble librería cuyas baldas aparecen dobladas por el peso de los libros. Un enorme posters de Paul Newman ocupa casi un testero y prosigo mi marcha , diciéndome que yo tendría la misma mirada del actor, si no hubiera nacido con gafas. Conseguido el hito nº3 , en mi cuarto, vuelvo sobre mis pasos para encarar el último tramo que me llevará a la meta a través del salón.
Como en cualquier etapa que se precie, éste es el más penoso pues me señala que debo de poner la puerta, tapizar los sillones basculantes, y sustituir el ventanal que da acceso a la terraza pues está a pique de venirse al suelo.
Por fin llego a la terraza y contemplando la cercana mole del monte Coronado exclamo:
-!! La próxima salida, en la calle; que si hay algo que arreglar, ya lo hará el Ayuntamiento ¡¡

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joder, tio:no puedes negar que eres senderista, haces de cualquer cosa una reseña de etapa.Sigue así y a ver cuando te vemos de nuevo en las sendas.